Ayer realicé, aquí en Caldas de Luna, mi primera «cosecha» de trébol de prado. El trébol de prado contiene, entre otras sustancias activas, isoflavonas. A menudo hemos oído hablar de las isoflavonas pero ¿qué son y cómo actúan? Se trata de hormonas vegetales que ayudan a regular la producción de estrógenos (hormonas femeninas) en la mujer. Son importantes en la menopausia, para evitar los efectos de esta bajada de estrógenos, pero las isoflavonas ayudan a la mujer en todas las etapas de su vida. La soja ha sido tradicionalmente recomendada con este fin, al contener las misma sustancia. Sin embargo, muchas veces dudamos de que esa soja no sea  transgénica ; y tenemos una planta más cercana que puede producirnos el mismo efecto.

Pero también puede ser de utilidad para la salud de los hombres maduros: se ha demostrado que ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y retardan el crecimiento de las células del cáncer de próstata. En general, se ha demostrado una relación adversa entre el consumo de isoflavonas y el desarrollo de cánceres hormonales como el de endometrio o de mama. Evitan el desarrollo de los vasos sanguíneos tumorales y por lo tanto, el desarrollo del propio tumor.

Como muchas otras flores, cada primavera, las flores del trébol invaden nuestros prados y pasan desapercibidas y desconocemos cuánto pueden ayudarnos. Tradicionalmente se ha tomado el té realizado con las cabezuelas secas para diversas dolencias y afecciones.

Pero los fitoestrógenos del trébol se utilizan también en cosmética, ya que estimulan la formación de colágenos de la piel, manteniéndola más firme. Se ha desmostrado recientemente que realizan una acción antioxidante similar a la de la vitamina E.

En Esencias de Luna hemos comenzado a experimentar productos con esta planta: seguiremos informando.